¿Sabías que los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo? Cerca de 350 mil personas mueren por ahogamiento cada año, según datos de la Organización Mundial de Salud, y de éstas, decenas fallecen en las playas de nuestra Isla. Y es que, una visita a la playa puede convertirse en una desgracia, si no se toman medidas de precaución.
Para evitar exponerse al peligro, el salvavidas del Balneario de Boquerón, Gerson Caraballo, aconseja que toda persona, “antes de salir de su casa, verifique el tiempo y busque playas que tengan salvavidas”.
Estas playas suelen ser balnearios, con excepción de El Escambrón, en San Juan, que, aunque no forma parte del grupo, sí tiene salvavidas.
“Una vez lleguen a las playas, deben preguntar en recepción, cómo están las condiciones del clima, la bandera que tienen y dónde están los salvavidas ubicados”, apunta Caraballo, quién se graduó del programa Técnico de Emergencias Médicas-Paramédico, en el recinto de Moca.
“Si visitan una playa que no sea un balneario, es preferible que se acerquen a los surfers para que les expliquen dónde están las corrientes marinas y las olas”, prosigue el miembro del Carey Lifesaving Team.
Pero este no es el único peligro que se corre estando en una playa. Los heat strokes por deshidratación, así como los calambres y quemaduras de piel también pueden ocurrir, por lo que es necesario siempre llevar comida, botellas de aguas y bloqueador solar.
Gran parte de las muertes por ahogamiento suceden cuando las personas son arrastradas por corrientes submarinas.
Para identificarlas, el salvavidas recomienda pararse de frente a la playa, observar el agua y tirar un flotador para ver hacia dónde se mueve.
“Si hay olas al lado derecho y al izquierdo, pero en el medio el agua no se mueve, significa que hay una corriente. Usualmente el color del agua cambia a un tono marrón porque la arena se está devolviendo al mar”, explica Caraballo, quien fungió como paramédico por dos años.
- Llame al 9-1-1 para alertar sobre la situación.
- Haga contacto visual con la persona y hágale señas de que está buscando ayuda para que no desespere.
- Busque algún artefacto que flote, amárrele una soga y láncelo.
- Si la persona toca el fondo, dígale que nade o camine a cualquiera de los dos lados (derecha o izquierda). Si no toca fondo, aconséjeleque se deje llevar por la corriente. Una vez se debilite, puede comenzar a nadar hacia alguno de los dos extremos.
Una vez la persona salga de la corriente y llegue a la orilla…
- Aguántela para que no se desplome, y siéntela en un lugar fresco y con sombra. Bajo ninguna circunstancia debe acostarse, pues puede ahogarse si tiene agua en los pulmones.
- Échele agua fría en la parte posterior de su cuello y las axilas para bajar la presión sanguínea.
- Indíquele que respire con calma y profundamente, hasta que le duela el pecho. Una vez comience a sentir dolor, debe exhalar.
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